dijous, 18 d’abril del 2013

Érase una vez un reino... ecológico


Érase una vez un reino... ecológico

Actualidad VivaLeBio - Zona Bio
Es posible un país 100% ecológico? No, no un huerto, ni una finca, ni un pueblo, ni una casa... sino un país entero dedicado a la producción orgánica?
Los gobernantes del pequeño Reino de Bután, en el Himalaya, considerado el último Shangri-La por su gran belleza, serenidad y virginidad, creen que sí. Y, de hecho, están dispuestos a intentarlo...
butan thimphu
Foto: Children & Royal Palace, Thimphu, Bhutan. Autor: Steve Evans,  en Flickr.
Al menos así lo anunció, con pasmo general de los presentes, su Ministro de Agricultura y Bosques, Dr Pema Gyamtsho, en la Cumbre de Desarrollo Sostenible que se ha celebrado este año en Dehli.
´´Hacernos 100% ecológicos llevará tiempo, por supuesto, y aún no tenemos un plazo exacto. No podemos lograrlo mañana mismo. Pero lo conseguiremos región a región y plantación a plantación``, aseguró Gyamtsho en su comparecencia en la cumbre de la India.
Entre sus argumentos, el joven ministro explicó que la suya es una tierra montañosa: ´´Cuando usamos productos químicos, no se quedan en el sitio donde los vertemos, sino que tienen impacto en el agua y en las plantas.  Debemos tener en cuenta todo el entorno``. Y, entre sus mayores bazas, añadió que, de hecho, en Bután, la mayoría de las prácticas agrícolas son tradicionales, ´´así que, de algún modo, también son ecológicas``.
Pero tampoco faltaron las razones filosóficas: ´´Somos budistas, creemos que se puede vivir en armonía con la naturaleza. Los animales tienen derecho a la vida, y nos gusta ver felices a las plantas y a los insectos también``, explica Gyamtsho, gran defensor y promotor del vegetarianismo en su país. 
Mientras sus vecinos cercanos de China y la India se baten contra la creciente contaminación,  según el periódico británico The Guardian, más del 95% de la población de Bután cuenta con agua y electricidad limpia, el 80% del país tiene bosques, es carbono-neutral y goza de una seguridad alimentaria envidiable. Además, su desarrollo económico se basa en la persecución de la felicidad colectiva.
´´No tenemos combustibles fósiles o nucleares. Pero hemos sido bendecidos con los ríos, que nos dan la posibilidad de más de 30.000 megavatios de electricidad. Hasta ahora sólo hemos explotado 2.000 megavatios``, expone Gyamtsho, que  comprende las graves amenazas del progreso, como la de los coches, en un país que hasta el presente no contaba ni con semáforos...  ´´Ahora todo el mundo quiere comprar coches,  y eso significa que tenemos que importar combustible. Es por eso que tenemos que desarrollar nuestra propia energía``.
Pero Gyamtsho no pierde el optimismo: ´´Lo que está en juego es el futuro. Necesitamos gobiernos que puedan tomar decisiones valientes ahora y no más tarde``.
Foto: Monasterio de Taktshang, en Bután.  © Douglas J. McLaughlin
Foto: Monasterio de Taktshang, en Bután.  © Douglas J. McLaughlin
Por si alguien puede llegar a creer que todo esto es una broma,  hay otro dato aplastante a su favor:  Bután es el país que ha experimentado un crecimiento más rápido en su sector ecológico, pasando de sólo 59 ha. en 2008, a 20,995 ha. de cultivos agrícolas certificados como ecológicos y más de 15,605 ha. de zonas silvestres orgánicas en 2011, según las estadísticas de The World of Organic Agriculture, Statistics and Emerging Trends 2013.
Lejos de estimar que el abandono de los pesticidas y fertilizantes químicos industriales llevará a producir menos a los campesinos del pequeño reino de Bután (con una población de unos 740.000 habitantes según el Banco Mundial, y de 1,2 millones  según Gyamtsho) , el Gobierno espera que, por el contrario, aumente la producción y la exportación de productos agrícolas de alta calidad a sus países vecinos.
´´Estamos experimentando con diferentes métodos de producción de cultivos, como el SRI, pero también vamos a aumentar la cantidad de tierras de regadío y el uso de variedades tradicionales de cultivos que no requieren tantos insumos y tienen resistencia a las plagas``, aclara Gyamtsho, que, además de ministro, es agricultor y ha estudiado técnicas agrícolas occidentales en Nueva Zelanda y Suiza.
Deseando que lo consigan, sólo falta por ver cómo se las ingeniarán los sellos especializados para poder certificar un país como orgánico…

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