dissabte, 3 de novembre del 2012

Suiza es un Estado criminal

Es Victoria quien aporta la siguiente noticia.


El mundo al revés: la policía griega ha detenido a un periodista por dar los nombres de 2.059 delincuentes. El periodista se llama Kostas Vaxevanis y los delincuentes son un buen montón de millonarios que guardan su dinero en Suiza para no pagar impuestos. Vaxevanis señala a los criminales y la policía le persigue a él, por “entrometerse en su intimidad”. Su caso demuestra a las claras una obviedad: que los paraísos fiscales no existirían sin la complicidad del resto de los Gobiernos occidentales. Es la UE, Estados Unidos y Japón quienes toleran que sus oligarquías financieras escapen al fisco. Son nuestros gobiernos los que permiten que Suiza, esa cueva de Alí Babá, sea un respetable socio de la comunidad internacional y no un Estado criminal, aislado y castigado comercialmente por todos sus vecinos. Es Occidente quien permite a sus bancos piratas abrir sucursales en nuestro suelo. Es Europa, que controla el cien por cien de la frontera suiza, la que permite a este refugio del dinero negro conectarse con el sistema financiero mundial. Suiza vive de estafarnos a los demás, pero no recibe castigo alguno porque son nuestros gobiernos y las élites financieras de nuestros países quienes se lucran de este negocio inmoral.
En la lista de Vaxevanis hay dos exministros conservadores griegos y un asesor de Antonis Samarás. Es solo una muestra, con seguridad son mucho más de tres los políticos griegos con dinero escondido en un paraíso fiscal. El periodista ha publicado la parte griega de un archivo mucho mayor, el que se llevó Hervé Falciani en 2007 del HSBC, que no es ni mucho menos el único banco de toda Suiza.
Falciani está hoy encarcelado en España, en la prisión de Valdemoro, detenido bajo la acusación de un delito que ni siquiera existe en nuestra legislación: revelar secretos bancarios. La contradicción es brutal: en España, si alguien tiene conocimiento de un delito fiscal, su deber es ponerlo en conocimiento de la justicia; por hacer precisamente eso, la justicia española lo mantiene hoy en prisión.
En breve, el Gobierno tendrá que decidir si lo extradita a Suiza o si –como piden el PSOE e IU–, lo pone en libertad. Gracias a Falciani, que entregó su valiosa información a Francia, España pudo recaudar 6.000 millones de euros defraudados por 659 personas, una lista que en España aún no es pública en su integridad.
Falciani se ha ofrecido a colaborar con España, ayudando a localizar a otros delincuentes españoles que esconden su dinero en Suiza para no pagar. ¿Aceptará el trato el Gobierno de Rajoy, ese mismo Gobierno que aprobó una amnistía fiscal y que negocia con Suiza otra fórmula similar? Prefiero no apostar.
 

Banc de temps a la Palma


Esta vez Nuria R. nos alerta....
:-)



dimarts, 30 d’octubre del 2012

La nueva transición

Más de Victoria!! 
:)

 

La nueva transición

Rob Hopkins, ante el arco del reloj de Totnes. | Foto: C.F.
Rob Hopkins, ante el arco del reloj de Totnes. | Foto: C.F.
  • Transition Towns nació como respuesta al consumo energético
  • El movimiento comunitario tiene ya presencia en 34 países
  • Ahora abarca desde la autonomía alimentaria, a movilidad urbana o dinero local
  • 'Si esperamos a que actúen los Gobiernos, será demasiado tarde'
Carlos Fresneda (Corresponsal) | Londres
Actualizado domingo 15/04/2012 20:00 horas
Rob Hopkins no inventó la palabra 'transición', pero casi. A su gentil manera, sin prisa pero sin pausa, desde un pueblo de 7.000 almas en el suroeste de Inglaterra llamado Totnes, este espigado profesor de permacultura ha puesto en marcha una silenciosa revolución que se despliega ya por 34 países y está empezando a dar una vibrante cosecha de cambio económico, energético y social al cabo de seis años.
Digamos que Hopkins oteó la crisis en los tiempos de las vacas gordas. Y aunque los primeros reclamos de Transition Towns fueron el cambio climático y el 'pico' del petróleo, el mensaje ha evolucionado ahora hacia la "regeneración económica", empezando por lo que tenemos más cerca.
"El sistema con el que funcionamos se encuentra en un callejón sin salida", sostiene Hopkins. "Y el problema es que no tenemos ninguna alternativa válida sobre la mesa. En el movimiento de Transición estamos intentando crearla con un abanico de acciones: planes de descenso de consumo energético, cooperativas de energía solar, proyectos de agricultura urbana, apoyo a las economías locales, monedas complementarias. No tenemos todas las soluciones, pero al menos las estamos buscando".
"La visión de otro mundo posible y mejor es totalmente necesaria. Es algo que te pones delante de los ojos y hacia lo que caminas."
Rob advierte que, más que un movimiento, Transición es un "experimento". Nada está escrito en piedra, y la única convicción que une a los 'transicionistas' es esta: "Si esperamos a que actúen los Gobiernos, será demasiado tarde. Si tomamos la iniciativa en solitario, será demasiado poco. Pero si actuamos comunidades, posiblemente será suficiente y a tiempo".
En España, el "experimento" está a punto de dar un gran paso: del 20 al 22 de abril se celebra en Zarzalejo (Madrid) el Primer Encuentro Ibérico de Transición, bajo el lema 'Construyendo el futuro que queremos'. El documental 'In Transition 2.0', que será presentado durante el encuentro, da testimonio del efecto multiplicador en los puntos más remotos del planeta: de Nueva Zelanda a India, pasando por Japón, Brasil o Italia (con el ayuntamiento de Monteveglio adoptando públicamente la primera y firme "resolución de transición").
Una de las calles de Totnes. | Foto: C.F.
Una de las calles de Totnes. | Foto: C.F.
En Gran Bretaña, las ramificaciones del movimiento son cada vez más palpables. Tan sólo en Londres hay más de 40 grupos conectando los grandos barrios y promoviendo iniciativas de autonomía alimentaria, movilidad urbana o dinero local, como la emblemática 'libra de Brixton'. En mayo, una ciudad de medio millón de habitantes, Bristol, dará un tremendo impulso con la adopción de la nueva divisa electrónica y complementaria que aspira a convertirse en el motor de la economía local.
"Experimentamos haciendo: no esperamos a que nadie nos dé permiso", advierte Ben Brangwyn, co-fundador del movimiento. "No tenemos una receta mágica para el cambio, y hemos comprobado que la misma fórmula no sirve en todas las partes del mundo. Pero la red se está propagando cada vez más rápido. Del intercambio de experiencias está surgiendo un poder transformador que antes no teníamos".

Una nueva economía

Totnes, por cierto, es un pueblo bucólico pero no 'utópico' en la campiña de Devon. "Todavía hay coches por las calles y no tenemos a las cabras pastando en los tejados verdes", bromea Frances Northrop, al frente del grupo local de Transición. "Los cambios son lentos, pero el proceso está en marcha y hemos implicado a las autoridades locales. Las placas solares empiezan a ser ubicuas y el plan de descenso de consumo energético se consumará en 2030. Con Transition Streets hemos embarcado en el cambio a gran parte de la población, calle a calle, casa a casa. Y ahora contamos con el impulso de los comercios locales, que son el auténtico motor de nuestra economía".
"Necesitamos una nueva economía que funcione para la gente y para el planeta", retoma el hilo Rob Hopkins, artífice de la nueva cultura de la transición. "Empezamos como una respuesta directa al cambio climático y al pico del petróleo, pero el mensaje se ha ido enriqueciendo y afecta ahora a todo eso que llamamos 'resiliencia' desde lo local... Cómo reconstruir las economías, cómo respaldar a los emprendedores y crear empleo, cómo aspirar a una mayor igualdad".
Ben Brangwyn, de Transition Towns. | C.F.
Ben Brangwyn, de Transition Towns. | C.F.
Aunque puestos a indagar en lo que moviliza a la gente, más allá de los mensajes de urgencia ecológica o de regeneración económica (tanto da), la respuesta es así de simple: la necesidad de conectar. "Es algo que hemos podido comprobar en todas las partes del mundo", admite Hopkins. "La gente quiere conocer a sus vecinos, sentirse parte de algo, compartir inquietudes y vislumbrar soluciones".
"Pero los cambios más profundos requieren tiempo y paciencia", advierte Rob Hopkins, que puso en práctica su "experimento" en Totnes en 2006, cinco años después de haber urdido su primer plan de 'transición' para Kinsale (Irlanda), cuando ni siquiera se había "acuñado" aún la nueva dimensión del término.
"Transición: pasaje de un estado a otro, período de transformación". Le contamos a Rob el significado claramente positivo -de la dictadura a la democracia- que el término tiene en España. La palabra adquiere un nuevo y poderoso significado ahora, en tiempos de crisis, "aunque cada país y cada cultura lo está adaptando a su manera y con sus propios ingredientes".
Hopkins advierte sin embargo del riesgo de tomarse la Transición como un acto de fe: "Cuando empezamos acuñamos los doce pasos, pero ahora hemos dejado atrás esa aproximación porque era demasiado rígida y había quienes lo interpretaban como si fueran los doce mandamientos. No hay siquiera una guía, en todo caso un 'Compañero de Transición', y así es como hemos titulado el nuevo libro que recoge las experiencias en todo el mundo".
Empezar. Profundizar. Conectar. Construir. Esos son en todo caso los cuatro pasos que recomienda Hopkins a quienes se atrevan a iniciar este viaje que ha de tener, eso sí, una meta tan deseable y apetitosa como un pastel de chocolate. "La visión de otro mundo posible y mejor es totalmente necesaria. Es algo que te pones delante de los ojos y hacia lo que caminas, aunque por momentos pueda parecer imposible".
Músico en las calles de Totnes. | Foto: C.F.
Músico en las calles de Totnes. | Foto: C.F.
Le preguntamos finalmente al fundador de Transition si esa "visión" no está tardando acaso demasiado tiempo en cuajar, si no hemos desperdiciado ya demasiadas oportunidades para cambiar a tiempo. "Está claro que la transición tenía que haber empezado mucho antes, yo diría que en los años ochenta. Pero en el fondo soy un gran creyente en el espíritu humano. Creo en la capacidad de la gente ordinaria de hacer cosas extraordinarias en momentos realmente 'extraodinarios' como este".









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Permacultura Barcelona







Permacultura Barcelona es una nueva organización que se está formando en el centro de la ciudad para todos aquellos que quieran aprender y compartir la teoría y la práctica de la permacultura, especialmente en el contexto urbano. La idea es construir una red de personas en el año 2012 y organizar reuniones, charlas, películas, cursos, excursiones y actividades prácticas. Para más información o para suscribiros a nuestra lista de correo electrónico, escribid a:  info@permacultura-bcn.org

Algo se mueve en el barrio

Aportación de Victoria. 
Una fórmula interesante y necesaria (si no cambiamos la forma de pensar y de vivir el futuro va ser indigestible) Me gusta esta filosofía.

 

 Algo se mueve en el barrio

Sarah Nicholl y Alexis Rowell (en bicicleta) cofundadores de Transition Belsize.| C.F.
Sarah Nicholl y Alexis Rowell (en bicicleta) cofundadores de Transition Belsize
Carlos Fresneda (corresponsal) | Londres
Actualizado domingo 29/04/2012 04:29 horas
Primero llegan las carretillas con tierra abonada. Después aparecen los rastrillos y los azadones. Y finalmente los árboles frutales: manzanos, perales, ciruelos, cerezos, avellanos... La idea es transformar el aséptico aparcamiento de un hospital en un vergel que pueda alimentar generosamente en unos años a los vecinos de Belsize Park.
Sarah, Alexis, Helen, Anna y Pandora se van relevando en la dura tarea. A lo largo del fin de semana se dejarán caer decenas de sudorosos voluntarios. Los niños pondrán finalmente la pequeña gran semilla del cambio que acabará fraguando calle a calle, manzana a manzana, barrio a barrio...
Así trabajan los grupos de Transición como éste en Belsize Park, al noroeste de Londres, uno de los más dinámicos de los más de treinta que funcionan ya en la ciudad. Más de 1.600 vecinos se han embarcado en los últimos cuatro años en la ardua misión de transformar el barrio desde dentro.
La Feria Verde de Belsize.| C.F.
La Feria Verde de Belsize
Los tres acicates de Tansition Towns son el cambio climático, el pico del petróleo y la regeneración económica. Pero lo que une sobre todo a la gente son las ganas deconectar con su entorno, de sentirse parte de algo en movimiento, de contribuir al cambio visible y palpable...
"Hacen falta también grandes dosis de tiempo y de energía", apunta Sarah Nicholl, cofundadora de Transition Belsize. "No es fácil funcionar con grupos, cualquiera que lo haya intentado puede atestiguarlo. Al final, el éxito depende del impulso de unas pocas personas que han decidido salirse de los cauces convencionales y volcarse por completo en los proyectos para intentar cambiar las cosas".
Cada grupo de Transición tiene su propia receta, pero hay dos ingredientes que nunca deben faltar, y eso lo tiene muy claro Sarah Nicholl: "Organización y celebración. Las cosas no ocurren por sí solas, alguien las tiene que planificar. Y hay que procurar ante todo que sean atractivas para el común de la gente... Nosotros proyectamos películas y organizamos debates sobre problemas ambientales, pero no podemos quedarnos ahí. Tenemos que ofrecer un abanico de respuestas desde lo local y celebrar todo lo bueno que tenemos a mano".
La Feria Verde que desde hace tres años ocupa las aceras de Haverstock Hill ha sido uno de los grandes reclamos del grupo. Las gallinas, las ovejas y las cabras se convierten ese día en la gran atracción de las aceras, donde también hay sitio para los apicultores urbanos, los jardineros "verticales", los constructores de balas de paja, los mecánicos de bicicletas, los instaladores de placas solares o los "cazadores de corrientes" (en el nombre de la eficiencia energética).
La Feria Verde de Belsize.| C.F.
La Feria Verde de Belsize
Lo más "revolucionario" del barrio salta ese día a la vista, incluido el ManCan, el robot de productos reciclados construido por los niños de Transition Kids. Aunque lo más importante es la labor invisible de las decenas de voluntarios que durante todo el año se reúnen en Olviver's, donde semana tras semana se reinventa el "arte" de socializar.
Lo que ha puesto definitivamente a Transition Belsize en el mapa de Londres es el grupo de "Draught Busting", que ha contagiado a todo el barrio su obsesión por la eficiencia energética. "Nuestras facturas eléctricas podrían reducirse del 15% al 25% con una simple mejora del aislamiento", recalca Sarah, "y ese es un mensaje que ha calado en los responsables políticos de nuestro distrito y sobre todo en las escuelas".

Convertir ideas en proyectos

"Draught Busting" se ha convertido también en el germen de una empresa social que en el último año ha reforzado el aislamiento de 700 ventanas en seis escuelas del barrio, y las que aún quedan... "Otro de los retos de los grupos de Transición es la capacidad de convertir ideas en proyectos que sean rentables y contribuyan a la economía del barrio", asegura que Sarah, que cede la palabra al cofundador Alexis Rowell.
Por su experiencia como concejal y su infatigable militancia ambiental, Alexis es algo así como el motor (sin emisiones) del barrio. Sin bajarse de la bici, nos invita a que le sigamos desde la "frutería" recién plantada junto al hospital Royal Free hasta el aparcamiento de un hotel cercano donde crece uno de los dos mini-huertos urbanos del grupo.
Entre coles, hierbas y tomateras, Alexis nos habla de la "proposición radical" que a su entender une a los grupos de Transición: "A simple vista, podemos parecer un movimiento amigable y positivo de agricultores urbanos y productores caseros de mermelada. Pero en el fondo nuestro mensaje es muy subversivo, yo diría que revolucionario".
Alexis Rowell, en su huerta.| C.F.
Alexis Rowell, en su huerta
"La pregunta de fondo es:¿Podemos salirnos total o parcialmente del sistema económico?", reflexiona Alexis. "¿Pueden los grupos de Transición ayudar realmente a la gente a hacer ese salto revolucionario? ¿Estamos creciendo suficientemente rápido y a un nivel profundo? ¿Qué nivel de interacción deberíamos tener con la política convencional?".
"La proposición es buena, pero aún no tenemos un veredicto", admite Alexis, que ha llegado a dedicar más de 20 horas semanales a Transition Belsize, como complemento inseparable de su personalísima cruzada contra las emisiones, Cutting the Carbon. Hace unos años le nombraron "Eco Campeón" del distrito de Camden, y ahí sigue, a golpe de pedal, involucrado ahora hasta el tuétano en las elecciones municipales de Londres que están al caer...
"Aún somos pocos los "transicionistas", pero me pregunto si con el tiempo podremos incluso convertir nuestra pasión personal en un modo de vida. Nuestro Gobierno está yendo exactamente en la dirección equivocada: austeridad, privatización, crecimiento, globalización... Honestamente, creo que no los necesitamos. Lo que sí necesitamos es llegar a los gobiernos locales, o hacerles entender todo lo que podemos hacer en momentos críticos como éste. Necesitamos que las comunidades locales den un paso adelante y tomen el futuro en sus manos".

dilluns, 29 d’octubre del 2012

¿Qué está pasando con el agua?


Una aportación de Mª Pilar    


En primer lloc gràcies per dedicar 5 minuts a aquest correu :)

Qui escriu això som membres de la Plataforma Aigua és Vida i volem
denunciar l'escàndol que s'està vivint en el tema de l'aigua a casa
nostra.

Mentre el debat sobre l'encaix entre Catalunya i Espanya ocupa totes
les portades, els fils del poder i dels grans interessos no paren de
moure's darrere les cortines, sense fer soroll. I molt efectivament.

Sense aigua no podem viure més de 3 dies. És un recurs bàsic per a la
vida.
La seva gestió ha de respondre als interessos comuns, de la
població, i no a interessos econòmics.
O almenys així ho entenem
nosaltres. Però aquest punt de vista no és compartit per tothom. Avui,
a Catalunya, estem veient dos grans processos - gegantins, podríem
dir- de privatització de la gestió de l'aigua,
processos a més a més
que es fan a les fosques, són antidemocràtics i no són la solució per
a RES del que ens diuen.

Per una banda, s'està privatitzant l'empresa pública Aigües Ter -
Llobregat (ATLL), que subministra l'aigua des dels rius fins als
dipòsits municipals per a quasi 5 milions de persones. La
privatització d'ATLL, empresa guanyadora de premis internacionals per
la seva bona gestió, suposarà d'entrada 300 milions d'€ per la
Generalitat, xifra que ni arreglarà el deute (48.000 milions), ni les
tensions de tresoreria (les despeses mensuals són de mitjana de 2.800
M d'€) ni ajudarà a maquillar el dèficit. A aquesta operació, que dóna
el control al sector privat durant 50 anys i no estava en cap programa
electoral, s'hi han presentat dos candidats: el primer és AGBAR, és a
dir, Aigües de Barcelona, empresa de capital francès en un 75% i de La
Caixa en un 25%, conjuntament amb un fons d'inversió austrialà i una
societat quebequesa; el segon és ACCIONA, amb un banc brasiler
d'inversions i un estol d'empreses i fons d'inversió. Guanyi qui
guanyi, hi perd el país.

La pròpia Generalitat preveu un augment de tarifa al llarg dels 50
anys d'un 300%
, i ha comptabilitzat en 1800 M d'€ els beneficis que
obtindrà el guanyador del concurs, que evidentment no es reinvertiran
en el servei sinó que aniran a les butxaques dels accionistes. Aquesta
és la política de país que regna avui.

Per l'altra banda, AGBAR -de nou-, que subministra l'aigua a prop del
80% de les llars de Catalunya, ja sigui sota la forma d'AGBAR, SGAB,
SOREA o altres (cal recordar que al món el 90% de l'aigua la gestiona
el sector públic, al revés que aquí), ho fa de manera "il·legal" a
Barcelona i una vintena de municipis més, tal i com constata una
sentència judicial de 2010, ja que ningú li ha donat la concessió per
fer-ho. És a dir, que quan obrim l'aixeta estem pagant els beneficis
d'una empresa que despedeix treballadors en massa, augmenta les
tarifes arbirtràriament, s'implica en casos de corrupció i, com no, té
nombroses connexions amb les administracions per actuar amb immunitat.

QUÈ FER?


La cosa no es queda aquí, desgraciadament hi ha molts més escàndols.
Per això necessitem suports i col·laboracions de tot tipus, per poder
destapar-ho, fer-ho públic i revertir aquestes situacions. Hi ha
moltes maneres de donar un cop de mà, si creus que n'hi ha alguna que
pots fer t'ho agraïrem profundament:

- En primer lloc, reenvia aquest correu a tothom: amics, familiars,
coneguts, etc.
- Segueix-nos al bloc, a twitter i a facebook, fes difusió del que
pengem i retuiteja'ns.
- S'està impulsant una Iniciativa Ciutadana Europea -a l'estil d'una
ILP catalana- per deixar l'aigua fora de les lleis del mercat. Si
encara no has signat, pots fer-ho aquí.
- A dia d'avui 32 municipis on viuen més d'1.200.000 habitants ja
s'han manifestat en contra de la privatització d'ATLL. Mira si el teu
ho ha fet; si és així insta'l a prendre accions legals com d'altres
estan fent; i sinó insta'l a que s'hi oposi.
- Escampem la veu: nosaltres estem encantats de venir a difondre la
situació allà on sigui. Organitza una xerrada al teu barri, casal,
associació, plaça, etc. Només ens ho has de dir!
- Si te'n surts amb la producció i edició de material audiovisual,
presentacions, gràfiques, infografies, etc. i tens temps per donar un
cop de mà també escriu-nos!

Segur que hi ha moltes més formes de donar un cop de mà, som tot orelles.
Entre tots aconseguirem retornar l'aigua a mans de la ciutadania, d'on
mai hauria d'haver marxat.

--
http://plataformaaiguaesvida.wordpress.com/
http://twitter.com/#!/aiguaesvida