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La nueva transición
- Transition Towns nació como respuesta al consumo energético
- El movimiento comunitario tiene ya presencia en 34 países
- Ahora abarca desde la autonomía alimentaria, a movilidad urbana o dinero local
- 'Si esperamos a que actúen los Gobiernos, será demasiado tarde'
Rob Hopkins no
inventó la palabra 'transición', pero casi. A su gentil manera, sin
prisa pero sin pausa, desde un pueblo de 7.000 almas en el suroeste de
Inglaterra llamado Totnes, este espigado profesor de permacultura ha
puesto en marcha una silenciosa revolución que se despliega ya por 34 países y está empezando a dar una vibrante cosecha de cambio económico, energético y social al cabo de seis años.
Digamos que Hopkins oteó la crisis en los tiempos de las vacas gordas. Y aunque los primeros reclamos de Transition Towns fueron el cambio climático y el 'pico' del petróleo, el mensaje ha evolucionado ahora hacia la "regeneración económica", empezando por lo que tenemos más cerca.
"El
sistema con el que funcionamos se encuentra en un callejón sin salida",
sostiene Hopkins. "Y el problema es que no tenemos ninguna alternativa
válida sobre la mesa. En el movimiento de Transición estamos intentando
crearla con un abanico de acciones:
planes de descenso de consumo energético, cooperativas de energía
solar, proyectos de agricultura urbana, apoyo a las economías locales,
monedas complementarias. No tenemos todas las soluciones, pero al menos
las estamos buscando".
Rob advierte que, más que un movimiento, Transición es un "experimento".
Nada está escrito en piedra, y la única convicción que une a los
'transicionistas' es esta: "Si esperamos a que actúen los Gobiernos,
será demasiado tarde. Si tomamos la iniciativa en solitario, será
demasiado poco. Pero si actuamos comunidades, posiblemente será
suficiente y a tiempo".
En España, el "experimento" está a punto de dar un gran paso: del 20 al 22 de abril se celebra en Zarzalejo (Madrid) el Primer Encuentro Ibérico de Transición,
bajo el lema 'Construyendo el futuro que queremos'. El documental 'In
Transition 2.0', que será presentado durante el encuentro, da testimonio
del efecto multiplicador en los puntos más remotos del planeta: de
Nueva Zelanda a India, pasando por Japón, Brasil o Italia (con el
ayuntamiento de Monteveglio adoptando públicamente la primera y firme
"resolución de transición").
En
Gran Bretaña, las ramificaciones del movimiento son cada vez más
palpables. Tan sólo en Londres hay más de 40 grupos conectando los
grandos barrios y promoviendo iniciativas de autonomía alimentaria, movilidad urbana o dinero local,
como la emblemática 'libra de Brixton'. En mayo, una ciudad de medio
millón de habitantes, Bristol, dará un tremendo impulso con la adopción
de la nueva divisa electrónica y complementaria que aspira a convertirse
en el motor de la economía local.
"Experimentamos
haciendo: no esperamos a que nadie nos dé permiso", advierte Ben
Brangwyn, co-fundador del movimiento. "No tenemos una receta mágica para
el cambio, y hemos comprobado que la misma fórmula no sirve en todas las partes del mundo.
Pero la red se está propagando cada vez más rápido. Del intercambio de
experiencias está surgiendo un poder transformador que antes no
teníamos".
Una nueva economía
Totnes,
por cierto, es un pueblo bucólico pero no 'utópico' en la campiña de
Devon. "Todavía hay coches por las calles y no tenemos a las cabras
pastando en los tejados verdes", bromea Frances Northrop, al frente del
grupo local de Transición. "Los cambios son lentos, pero el proceso está en marcha y hemos implicado a las autoridades locales. Las placas solares empiezan a ser ubicuas y
el plan de descenso de consumo energético se consumará en 2030. Con
Transition Streets hemos embarcado en el cambio a gran parte de la
población, calle a calle, casa a casa. Y ahora contamos con el impulso
de los comercios locales, que son el auténtico motor de nuestra
economía".
"Necesitamos
una nueva economía que funcione para la gente y para el planeta",
retoma el hilo Rob Hopkins, artífice de la nueva cultura de la
transición. "Empezamos como una respuesta directa al cambio climático y al pico del petróleo,
pero el mensaje se ha ido enriqueciendo y afecta ahora a todo eso que
llamamos 'resiliencia' desde lo local... Cómo reconstruir las economías,
cómo respaldar a los emprendedores y crear empleo, cómo aspirar a una
mayor igualdad".
Aunque
puestos a indagar en lo que moviliza a la gente, más allá de los
mensajes de urgencia ecológica o de regeneración económica (tanto da),
la respuesta es así de simple: la necesidad de conectar.
"Es algo que hemos podido comprobar en todas las partes del mundo",
admite Hopkins. "La gente quiere conocer a sus vecinos, sentirse parte
de algo, compartir inquietudes y vislumbrar soluciones".
"Pero
los cambios más profundos requieren tiempo y paciencia", advierte Rob
Hopkins, que puso en práctica su "experimento" en Totnes en 2006, cinco
años después de haber urdido su primer plan de 'transición' para Kinsale
(Irlanda), cuando ni siquiera se había "acuñado" aún la nueva dimensión
del término.
"Transición:
pasaje de un estado a otro, período de transformación". Le contamos a
Rob el significado claramente positivo -de la dictadura a la democracia-
que el término tiene en España. La palabra adquiere un nuevo y poderoso significado ahora, en tiempos de crisis, "aunque cada país y cada cultura lo está adaptando a su manera y con sus propios ingredientes".
Hopkins
advierte sin embargo del riesgo de tomarse la Transición como un acto
de fe: "Cuando empezamos acuñamos los doce pasos, pero ahora hemos
dejado atrás esa aproximación porque era demasiado rígida y había
quienes lo interpretaban como si fueran los doce mandamientos. No hay
siquiera una guía, en todo caso un 'Compañero de Transición', y así es
como hemos titulado el nuevo libro que recoge las experiencias en todo
el mundo".
Empezar. Profundizar. Conectar. Construir.
Esos son en todo caso los cuatro pasos que recomienda Hopkins a quienes
se atrevan a iniciar este viaje que ha de tener, eso sí, una meta tan
deseable y apetitosa como un pastel de chocolate. "La visión de otro
mundo posible y mejor es totalmente necesaria. Es algo que te pones
delante de los ojos y hacia lo que caminas, aunque por momentos pueda
parecer imposible".
Le
preguntamos finalmente al fundador de Transition si esa "visión" no
está tardando acaso demasiado tiempo en cuajar, si no hemos
desperdiciado ya demasiadas oportunidades para cambiar a tiempo. "Está
claro que la transición tenía que haber empezado mucho antes,
yo diría que en los años ochenta. Pero en el fondo soy un gran creyente
en el espíritu humano. Creo en la capacidad de la gente ordinaria de
hacer cosas extraordinarias en momentos realmente 'extraodinarios' como
este".
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Permacultura Barcelona
Permacultura Barcelona es una nueva organización que se está
formando en el centro de la ciudad para todos aquellos que quieran
aprender y compartir la teoría y la práctica de la permacultura,
especialmente en el contexto urbano. La idea es construir una red de
personas en el año 2012 y organizar reuniones, charlas, películas,
cursos, excursiones y actividades prácticas. Para más información o
para suscribiros a nuestra lista de correo electrónico, escribid a: info@permacultura-bcn.org
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